
Esto lo escribió mi amigo Bernardo, quien actualmente está trabajando en Chile. Me pareció algo nostálgico, pero bueno (además soy el menos indicado para juzgar publicaciones nostálgicas), así que lo publicó aquí, espero que les guste:
ABRIGO IMPERMEABLE
Hay veces en que se empieza a difuminar la diferencia entre la mañana y la tarde, entre el verde y el gris, una risa y una tristeza, un hola y un adiós; aquello que los ojos apreciaban como luz y colores, se va perdiendo en una opaca llanura, lo que apreciaban como movimiento, se pierde en una lúgubre estática. El frio, que golpea el rostro y entumece el cuerpo, se las ingenia para atravesar, no solo el abrigo que cubre el pecho, sino también, el que cubre el alma.
Sin embargo, el letargo no es eterno, porque no puede serlo, tiene que haber un amanecer, una luz que rompa con la monotonía. Los recuerdos, uno a uno, empiezan a susurrar sobre una época donde cada segundo tenía algo nuevo, cada minuto mostraba algo asombroso, cada hora permitía aprender algo desconocido; un tiempo donde cada día merecía ser recordado. Ese uno a uno, va aumentando, lenta pero constantemente, se llega a convertir en un torrente de gratos momentos, donde la calidez es el principal ingrediente, el beso afectuoso de una madre, el cariño desbordante de una abuela, el abrazo fraterno de una hermana, la alegría efusiva de los amigos, la inocencia de un salón de clase, la sonrisa tierna de una musa.

Por un momento, se quiere volver a esa era, vivirla nuevamente, escapar del hoy, pero esa no es la finalidad de la memoria, sino más bien, confirmar que cada individuo es único, un ser lleno de vivencias y que es importante para otros, no un porcentaje en la estadística ni un punto en el infinito. El alma poco a poco va recuperando su abrigo, empieza a vislumbrar que hay diversas tonalidades de gris, que aún se puede apreciar el mediodía, que la fría lluvia trae vida consigo, vuelve a percibir el sonido contagioso de una carcajada.
Tal y como la naturaleza ha demostrado ser un ciclo, la vida cotidiana sigue su ejemplo, y por eso el frío podrá volver a invadir el alma, y entonces los recuerdos y los amigos irán en su auxilio. Pero, lo importante de este vaivén, es que una persona no olvide quien es, ni lo que vale. Pienso que eso, es el abrigo impermeable del ser humano.