Apocalipsis en color amarillo

Valiéndome un poco de esta cabeza mía (que ahora esta cada vez mas abocada –por necesidad más que por otra cosa- a los números) saltaron varias ideas de lo que sería mi primer post en tresenbase2. La idea que más me gusto resulto ser demasiado “geeky” –o por lo menos demasiado “geeky” como carta de presentación- es por esto decidí publicar, siempre tomando en consideración al lector, algo “casi casi” normal para mis estándares.


Cuando un amigo me dijo que le tenía fobia a las aves, lo entendí, puesto que yo también tengo un miedo absurdo (para los curiosos con ganas de satisfacer su morbosa necesidad de saber, le tengo miedo a los grillos) y no tenía (ni tengo) la fibra moral como para juzgarlo. Pero su fobia no quedaba ahí – este tipo de tonterías nunca lo hace –, él juraba -dentro de su incomprensible miedo- que había descubierto algo, una hipótesis, que le resultaba difícil de comprobar, hipótesis que revelaré mas adelante en el post.

Trasladándonos 505 años en el pasado, el holandés Hieronymus Bosch pintó un cuadro/tríptico llamado “El Jardín de los Encantos Terrenales”, El cuadro consiste en tres partes –ya había mencionado que era un tríptico-, que dibujan la historia como la Biblia la describe, desde el Génesis (parte izquierda del cuadro) hasta el Apocalipsis (parte derecha del cuadro), la parte media es libre a interpretación -se estarán preguntando ¿qué “CHUCCHA” tiene que ver esto con lo anterior?, (sonrisa malévola) –.

De vuelta a la actualidad, mi amigo decía – llamémosle Danny por decir algo -, decía Danny que dentro de todas las aves, el ave al que más miedo tenía era el Gallus Gallus en forma juvenil, es decir, en lenguaje común y silvestre: el pollo. Tenía todo su pensamiento racionalizado al extremo y basaba (convincentemente dicho sea de paso) sus argumentos en una idea central: “el pollo nace sin inocencia, es netamente malvado”, esto respondía Danny cada vez que se le preguntaba y luego continuaba con sus razonamientos, cada uno mas desquiciado que el anterior, finalizando siempre con la misma frase y es aquí donde nace su teoría: “el pollo es el origen de todos los males”, es decir, a tanto llegaba su fobia que atribuía al pollo cuanta aberración y depravación existe en esta tierra.


¿Y en qué tiene que ver el cuadro del “Bosco” con la teoría de Danny?; resulta que Danny no fue el primer desdichado en pensar o plantear esta hipótesis, Bosch también lo habría sugerido en su pintura, en donde en la tercera parte del tríptico, ósea el Apocalipsis, compuesto de todo lo horrendo y pecaminoso del mundo, una imagen surrealista que interpreta un aparatoso decaimiento del mundo, donde se pueden visualizar imágenes que superan mi capacidad de descripción y cuya figura central, el rey en este asqueante escenario, es nada menos que “el Pollo”.


Es posible que Danny y Bosch hayan sufrido la misma esquizofrénica delusión, talvez sufrieron traumas similares de niño o talvez yo este hablando huevadas y realmente sean profetas desestimados en sus respectivas épocas. En fin, aquí dejo la figura que estoy seguro le quitará el sueño a mi amigo Danny, el pollo de Bosch.