Parecía fácil

Parecía que sería fácil esconderse un momento, y suponer que los fantasmas no pasarían cerca de la habitación, o quizá mantenerse concentrado en distracciones, intentando dificultar lo simple para alargar el tiempo o esperanzarse en la desesperanza de otros. Como sea, todo estaba mi mente.

Parecía que sería sencillo cantar un par de canciones ruidosas y olvidarse del día, o bailar sin tregua para no voltear a mirar, o empezar libros para no terminarlos. Como sea.

Y en verdad era muy fácil. Era fácil reírse de uno mismo, y lo sigue siendo; era fácil cantar, saltar, reír, pero no siempre lo es.

Y aún así parecía fácil dejar de pensar las mismas cosas siempre, y evitar seguir por el mismo camino sinuoso, y volverse a tropezar de la misma forma, y estar a punto de caerse, y tratar de evitarlo.

Girar al mismo lado, mirar la misma foto, escuchar las mismas canciones, pensar en la misma cara, la misma mirada, las mismas flores, las mismas comidas, los mismos sueños. Acabar con todo parecía fácil, tan fácil, o quizás quería que lo fuera.

Y aún así no fue fácil. Volví a ver su reflejo en mis pupilas, a caminar a sus espaldas y a oír, en silencio, y a no querer hacerlo, pero desearlo. Y así seguí caminando, deseando que fuera fácil, o al menos más fácil, y esperando que lo sea mañana, cuando le pueda decir adiós a este sueño tan locamente tranquilo.