Cuando te pasa a tí, no es tan gracioso

Muchas de estas historias corresponden a las mismas situaciones, pero partidas, mezcladas y modificadas para un mayor dinamismo y menor identificación


- El notar que aquella chica que te gusta de pronto dejó de asistir a las fiestas a las que todos solían ir en grupo, coincidentemente cuando le dijiste que querías salir con ella, no es precisamente lo más agradable del mundo, pero, no sólo eso, tampoco es muy serio (considerando que un "no" puede ser bastante menos humillante).

- Que una amiga que te gusta muchísimo te pida que le des clases particulares de algún curso es algo que a cualquiera le parecería circunstancialmente favorable y agradable. Evidentemente, tú le expresarás tu decisión de no cobrarle un sol por ayudarla en la tediosa labor de aprender por completo una nueva materia; pero, sabes que ella insistirá en pagarte y, ante una situación como ésta no te quedará más que aceptar, aparentemente a regañadientes (aunque por dentro piensas en la doble ganancia:"me va a pagar por pasar tiempo con ella e intentar algo, yo sabía que dios oiría mis plegarias"). Lo poco agradable es que la mencionada señorita, en la semana siguiente te diga que ya encontró a otro amigo que obtuvo un promedio mayor que tú en la asignatura en la que le ibas a dar clases, y que ese amigo tomará tu lugar por un precio escasamente mayor (pero ella cree que lo vale porque "sabe más); obviamente, sólo atinarás a decir:"bueno, lo importante es que aprendas más, y si crees que así va a ser mejor, está bien" (en ese momento recuerdas que para que dios te haya oído tus plegarias, primero tendrías que tener por costumbre rezar y, pensándolo seriamente, ya llevas más de 4 años y medio sin visitar una iglesia).

- Si una chica te ha choteado oficialmente, no te sientes precisamente el hombre más feliz de la tierra, pero es más complicado cuando en los días posteriores existe una celebración pendiente a la cual ya la habías invitado (ilusamente imaginabas que la podrías llevar como "tu enamorada", y no como "la chica que te choteó la semana anterior"), y no puedes encontrar a una sola amiga libre para ocupar su lugar en dicha ocasión, así con cara de autogol le dices: "¿Pero de todos modos irás conmigo a...?"

- Conoces a una chica, te gusta mucho, sientes que hay "química" entre ambos, sientes que la magia empieza a aparecer y esto te parece aún mas cierto cuando acepta con gran entusiasmo tu invitación al cine, la que NUNCA fue planteada como una salida en grupo, sino en pareja, y esto alimenta un ápice más tus esperanzas. Lo que no llega a ser del todo agradable es que señorita cancele la cita horas antes del esperado encuentro (o la "postergue"), cuando le habías dicho a tus amigos que no cuenten contigo para la borrachera calzoncillezca planificada por ellos un par de días antes. Pero tú eres comprensivo y sabes que este tipo de cosas ocurren: "No te preocupes, entiendo que ese ensayo para la grabación de la película en la que sales haya salido de última hora, lo dejamos para el próximo jueves entonces - se convirtió en mi día maldito - , ¿o prefieres otro día?".

- ¿Y qué de la amiga (a la que ves como algo más) que te trata muy afectuosamente, que usa sobrenombres graciosos y agradables para referirse a tí (me salió la cursilería), o que al menos usa tu nombre más un diminutivo (que curiosamente, en el trato afectuoso, puede ser apreciado como un aumentativo, debido a la intención detrás del lenguaje)? ¿Qué si esta amiga, de un momento a otro, empieza a llamarte ya no por tu nombre, sino por tu apellido, porque le parece más corto y práctico (las mujeres, clásicamente románticas, lanzándose tan violentamente al pragmatismo, son la situación menos real posible, a mi humilde entender)?, o ¿qué si de pronto empieza a llamarte amigo? Creo que muchos preferiríamos una mentada de madre a ser llamados "amigo" por la persona en la que la amistad es lo que planeas dejar o superar para poder llegar a mejor puerto.

- La espera desespera. Normalmente son las chicas las que esperan la llamada, las que se mantienen pendientes, debido a que el "macho" que encontraron bastante atractivo en la última salida que tuvieron prometió hacer la bendita llamada. Pero también se da la situación contraria, la situación en la que ella tiene que llamar (tú la llamaste previamente y quedaron en encontrarse en un lugar, pero la hora te la indicaría ella posteriormente en una llamada:"no te preocupes, yo te aviso"). Sin embargo, la dichosa llamada no llega, y tratas de distraerte pensando en 55 cosas distintas, pero, lastimosamente todas terminan por desembocar en la aún inexistente llamada. Las horas pasan y, esperas al menos un mensaje de texto, donde te diga que no cuenta con saldo para llamarte pero que en una hora la vayas a ver, no te importa que te mande el mensaje de internet, agradecerás el gesto al menos. Pero, tu celular no timbra, empiezas a golpearlo para ver si así lo logras componer (de seguro se ha malogrado, porque ella no te dejaría ahí esperando sin al menos cancelar la salida con un mensaje de internet), pero al no pasar nada lo vuelves a guardar. De pronto oyes un sonido que es como música para tus oídos, por fin, no una llamada, pero al menos un mensaje ha llegado a tu celular, y apresuradamente lo retiras de tu bolsillo para leerlo, imaginando las posibles respuestas (una indicación de a qué hora encontrarse, una disculpa por no haber podido mandar el mensaje antes, una disculpa por estar cancelando la cita mediante el mismo mensaje). Finalmente lees el mensaje que dice:"Aprovecha con Claro tienes Tarifa Unica para llamar a CUALQUIER celular o fijo nacional por solo S/.0.50 el minuto. Inscríbete sin costo alguno llamando al *779", y te preguntas si todas las compañías telefónicas son tan inoportunas.