Ciertas cosas... no se dicen

Hace unos años, conocí una chica que movió mi mundo, lo alteró y dejé que lo cambiara, a tal punto que tenía nuevo círculo de amigos, saliendo por nuevos lugares, y con enamorada, claro.

Mis antiguos amigos me llamaban pero yo siempre estaba ocupado, o no podía, porque lamentablemente, dedicaba tiempo y cariño solo para ella. Esto solo conlleva a un solo posible desenlace... que es parte de otra historia. Pero bueno, conocí nuevas personas, y donde hay alcohol, se pueden hacer amistades. Mi vida social parecía tener un buen rumbo. Y cómo es, no? cuando uno posee cierta inocencia y confianza en las personas que realmente no conoces a profundidad, pues puede suceder lo que usualmente sucede... deseas haberte mordido la lengua antes de decir algo que no debías.

En el nuevo círculo, éramos 3 parejas, y 3 amigos más que casi siempre frecuentaban la misma casa. Al momento de regresar, uno de ellos que llamaremos F, tomaba casi el mismo camino de vuelta que yo, lo que daba lugar a que hablemos de cualquier cosa, incluido de nuestras respectivas parejas, que nos bromeemos de cómo se comportan a veces y parecía ser un buen brother.

Hubo una ocasión en que luego de tomar un poco y tomar el camino de vuelta a casa, tocamos el tema íntimo con nuestras respectivas parejas... y cometí el error usual que a veces cometemos los hombres, nos ufanamos de lo que 'logramos'... claro, dije todo, asumiendo que el código de hombres jamás se rompería y que lo dicho quedaría entre ambos. Mi estupidez alcanzó niveles totalmente inesperados.

Eso sucedió un sábado y el fatídico domingo que le siguió recibo una llamada; era mi enamorada... que con voz entrecortada me preguntaba: ...tu le has dicho a F eso? - Primera reacción de supervivencia: No!, nada que ver, está loco - Luego de hablar por más de una hora al respecto tenía dos pensamientos en mente: Primero, lamentaba haber tenido que mentir. Segundo, desfogar cóleras en F. Y es que sentí tal grado de traición, tanta cólera en el momento. Y pensar que hacía unas semanas, casi me peleaba en su nombre por un asunto que ni me correspondía (en cuya ocasión, brilló por su falta de huevos; ya que siendo su pelea, mantuvo la boca cual muerto en su tumba y las manos nunca más inmóviles). Bien dicen que uno muy rara vez llega realmente a conocer a las personas.



Luego conociendo los hechos... resulta que mientras F pasaba tiempo con su enamorada, él, por mejorar su vida íntima, había traído a tema las cosas que mi pareja y yo hacíamos... - sí, mi estupidez de confiar en él fue grande... - acto seguido, su enamorada habló con su mejor amiga, mi pareja, relatándole con lujo de detalles cada palabra dicha por ella y su enamorado, recalcando hechos que sólo YO podía saber y la única manera de que su enamorado los sepa fuera solo a través de mi. De más que decir que desde entonces, siempre hubo cierta pequeña desconfianza, no más de la típica desconfianza que sentiría cualquier chica que sufriera algo así. Nunca he sido del tipo de persona que se arrepiente de su pasado, tomé lo sucedido como una experiencia.

Mi error no pasó sin castigo, pocos días después reconocí mi error y mi mentira, obteniendo la única posible respuesta posible, un muy sonoro: “No te quiero ver de nuevo”, el cual, por más que era esperado, siguió siendo tan letal como un puñal al pecho, sintiendo el frío metal entrando centímetro a centímetro. Con un error así... no llegan a haber palabras suficientes de arrepentimiento. Pero bueno, el tiempo hizo su trabajo, igual que yo intentando conquistarla de vuelta. Volvimos y continuamos nuestra historia, sin embargo, ese error, sabía que no lo repetiría nunca más, con nadie.