¿Tendencias extrañas?

Sra. M: "Mijito, te acabaste todo menos la presa, ¿qué pasó? ¿no te gustó? ¿le puse mucha sal?"
David: "No es eso señora, es que soy vegetariano"
Sra. M: "¿Vegeta qué?... Juancito ¿de qué ta hablando tu amiguito? ¿es alguna de sus jergas?"
Juan: "No, mamá, es vegetariano, osea que no come carne"
Sra. M: "Ay juancito no hables cojudeces, quién le va a creer en esas tonterías. Ya pues hijo, dime, ¿por qué no has probado tu presa?, si está bien rica"
David: "Juan tiene razón señora, soy vegetariano, osea no como carne."
Sra. M: "¿Qué?!!!!!! Pero ¿por qué o qué? ¿estás enfermo de algo? ¿eres de alguna secta o algo?, mira que aquí somos bien católicos ah"
David: "No, señora, sólo soy vegetariano, así me crió mi papa y bueno..."
Sra. M: "Ah pero entonces ¿no te hace mal ni nada?"
David: "No"
(...)
Sra. M: "Ahhhhhhhhhhh... Entonces no comes carne"
David: ...
Sra. M: "Entonces comes pura planta ¿no? seguro que comes pura ensalada nomás, por eso estás flaquito"
David: "No, señora, también como otras cosas. Además, mis hermanos son gordos así que creo que ahí no radica el asunto"
Sra. M: "Ay pero seguro que no tan gorditos como mi Juancito"
Juan: "Gracias , ma"
Sra. M: "De nada mi amor... Bueno pero, hijo, dime cómo consigues todas las vitaminas que te da la carne. Osea, no comes carne, en la carne está todo, tienes que tomar algo para las vitaminas"
David: "Bueno, señora, las vitaminas las encuentro en las frutas, y si se refiere a las proteinas también hay alimentos que..."
Sra. M: "¿Y pescao? ¿tampoco comes pescao? porque si no comes pescao ahí si tas frito ah... el pescao tiene jósjoro, ninguna otra comida tiene jósjoro, ¿cómo puedes vivir sin jósjoro?"
David: "El fósforo está en otros alimentos además del pescado, como por ejemplo..."
Sra.M: "No, no, no, ninguna otra comida tiene fósforo, yo sé de nutrición pes hijito"
David: ...
Sra. M: "Bueno hijito, pero ¿qué te puedo preparar cuando vengas? ¿un arroz con huevo?
David: "Sí, claro, está bien, es algo bastante balanceado"
Sra. M: "Qué bueno, entonces siempre te prepararé eso cuando vengas"
David: "¿...?"


Soy vegetariano desde que tengo uso de razón, mis padres me criaron así y así me acostumbre a vivir, con un tipo de alimentación basada en argumentos nutricionales que no son el motivo de la presente publicación. Nunca estuve en desacuerdo con serlo y siempre me pareció bueno. Durante la época de primaria no hubo mayores inconvenientes que los de tener que explicarle todo el rollo a la gente que recién me conocía, y durante los primeros años de la secundaria el asunto fue más o menos por el mismo lado.

Las cosas empezaron a cambiar durante los últimos años del colegio y los inicios en la universidad. Digamos que, conforme el aspecto social se iba desarrollando, mi vegetarianismo se iba convirtiendo cada vez más en un inconveniente para ciertas situaciones.

Lo primero eran las preguntas inquisidoras: que por qué no comes carne, que te estás perdiendo de algo increíble, que no sabes alimentarte, que cómo es que no te aburres si la carne es tan rica. Alguna vez un amigo me preguntó si al menos la había probado, y cuando le dije que sí y que no había tenido ningún problema con ello, se sorprendió muchísimo, ya que según sus palabras: "si eres vegetariano, la primera vez que comas carne te debe de 'chocar' muchísimo, ya que tu estómago aún es muy débil y no está acostumbrado, así como la primera vez que tomas te emborrachas al toque pues tu hígado aún no está acostumbrado y aún es muy débil". Sólo le faltó agregar que la primera vez que fumas tus pulmones aún son muy débiles y por eso algunas personas tosen, en cambio, después de varios años haciéndolo de seguro habrás incrementado tu capacidad pulmonar.

Otro punto crítico en todo esto eran las reuniones sociales, llámense fiestas, reuniones de estudio, cumpleaños, celebraciones de fin de ciclo, entre otros. En la mayoría de estas reuniones, cuando poca gente conocía mi régimen alimenticio, siempre había un amigo dispuesto a ayudarme, o quizá sólo con suficiente hambre como para comerse su plato y el mío lo bastante rápido como para que nadie note que había "uno de esos que crees nunca vas a encontrar", "¿un vegetariano?, es que nunca pensé que conocería uno", sino que más bien "oye hasta el hueso te comiste ¿verdad?, asu tenías hambre, oye ¿por qué tu amigo tiene huesos como si fueran de dos presas?". Recuerdo que en alguna de las llamadas desfinalizaciones (reuniones por fin de ciclo) organizada en casa de mi amigo esteban había bastante comida, lo suficiente como para mantener a todos con una sonrisa dibujada en el rostro, la que se veía acrecentada en tamaño debido a los interminables vasos de cerveza (curiosamente era brahma); pero mientras todos disfutaban del chancho y del pollo, yo tuve que conformarme con un pan con mermelada, que era lo único que se me podía ofrecer. Así también, cuando ibamos a alguna pizzería pedía una pizza personal;en las pollerías yo sólo pedía papas; y en las cevicherías tomaba una raspadilla.

Lás bromas fueron un elemento bastante frecuente en lo referido a mi vegetarianismo. Al principio me molestaban, pero luego terminé acostumbrándome tanto a ellas (por lo parecido entre una y otra) que algunas incluso me parecían graciosas. Las que más recuerdo (algunas aún me las dicen) son: "¿tienes hambre? ahí hay un poco de pasto", "¿no fumas? pero si es planta", "¿qué se sentirá estar en estado vegetal? ¿qué se siente?"(dicho sea de paso, la última un poco fuera de lugar).

Sin embargo, durante estos últimos años he cambiado un poco. Decidí que seguiría siendo vegetariano, siempre y cuando esto no me mate de hambre; así que de vez en cuando, muy de vez en cuando, si siento hambre y veo que no me queda más opción que consumir algún cadáver, pues... sí, como carne, como cuando viajo a Colán para año nuevo, o cuando salgo muy tarde de algún lugar y las probabilidades de encontrar comida en mi casa son pocas.